Alguna vez escribí que la realidad imita al cine. Y no me arrepiento de ello. Esa vez, expliqué el asunto en términos teoricos, con algún nivel de complejidad. En esa explicación teórica no había ninguna aproximación a la práctica. Hoy, traigo unos cuantos ejemplos. Empecemos por el principio.
Desde hace más de un siglo, el cine funciona como una incansable fábrica de sueños; desde su nacimiento no ha dejado de cautivarnos. Es, siempre lo será, un vehículo de expresión artística o un simple circo para entretener masas. Sin embargo, este invento nos ha hecho hacer de los sueños realidad. Muchos cambios en la vida cotidiana – ojalá esto no suene como un análisis social- han sido condicionados por el séptimo arte. [Ahora sí] Por ejemplo, la fiebre por las discotecas despertó en muchos países- sobre todo en occidente- tras el estreno de Fiebre del sábado noche. De igual manera, Amadeus puso en boga la música de Mozart y Reservoir Dogs hizo de las gafas de sol un elemento imprescindible en el atuendo del “Hombre Moderno”. En muchas ocasiones, un film logra ser un modelo de vida y una pauta de comportamiento.
El cine es más que un simple acontecimiento artístico y cultural: es un motor de construcción. Si se puede cambiar una pauta de comportamiento es posible, con tantos elementos expresivos que da la pantalla, hacer una realidad, casi que nueva.
Desde hace más de un siglo, el cine funciona como una incansable fábrica de sueños; desde su nacimiento no ha dejado de cautivarnos. Es, siempre lo será, un vehículo de expresión artística o un simple circo para entretener masas. Sin embargo, este invento nos ha hecho hacer de los sueños realidad. Muchos cambios en la vida cotidiana – ojalá esto no suene como un análisis social- han sido condicionados por el séptimo arte. [Ahora sí] Por ejemplo, la fiebre por las discotecas despertó en muchos países- sobre todo en occidente- tras el estreno de Fiebre del sábado noche. De igual manera, Amadeus puso en boga la música de Mozart y Reservoir Dogs hizo de las gafas de sol un elemento imprescindible en el atuendo del “Hombre Moderno”. En muchas ocasiones, un film logra ser un modelo de vida y una pauta de comportamiento.
El cine es más que un simple acontecimiento artístico y cultural: es un motor de construcción. Si se puede cambiar una pauta de comportamiento es posible, con tantos elementos expresivos que da la pantalla, hacer una realidad, casi que nueva.
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Para aquellos que me han dicho, no por primera vez, que me baje de tanto idealismo de lo que empiezo a considerar mi oficio, con esto muestro que no sé, ahora, con qué responderles. Posiblemente, les esté dando la razón.
Igual, me apego a la idea de que Uds. Son los equivocados.