jueves, 11 de febrero de 2010

El sujeto y los hechos ficcionados.

En la ocurrencia, unas pequeñitas notas:

Hoy: El sujeto siempre implica una multiplicidad de relatos. Los relatos, por ser de segunda mano, son un asunto de la ficción; es decir, implican elementos de realidad fáctica. De esa manera, el sujeto puede  ser el centro del relato, el sujeto puedo ser yo, el sujeto puede ser Ud. Y es ahí, en dónde contar nuestra propia historia se convierte en una mezcla de memoria, reconocimiento e identificación.

Hacer un autorretrato, es muy similar a hacer una biografía: un eje mariológico: un momento que resuma una vida entera. El cine, conceptualmente tiene buena parte de sus bases allí. En un primer momento, fue un instrumento de verificación; una ficción en sí misma, una auto ficción. El cine es, entonces, un instrumento del conocimiento propio de sí mismo, una vía de exploración; una aventura perse.

Ahora, en este ámbito, es innegable separar el cine como vía de exploración de su cualidad transmisora. La transmisión condiciona la ficción y la naturalización del hecho ficcionado o, incluso, de la realidad fáctica misma. Condicionar la realidad como hecho ficticio, no es más que hacerla convencional.

La cosa sonora de suprema subjetividad, de referente moderno, pero el desarrollo lógico me muestra lo siguiente:

CeQu´ilFallaitDemontrer:
El sujeto es una matriz de relatos que condicionan la realidad misma; el sujeto mismo en una fuerza polivalente de transformación de realidad: desde la factico hasta lo ficcional. En el sujeto esta nuestra historia.