martes, 25 de agosto de 2009

Entre Rocha y Truffaut.

Tercer Cine. La expresión parece que llevara una connotación implícita peyorativa. En realidad, el asunto del Tercer Cine y el Tercer Mundo es interesante, raya en las fronteras de lo apasionante. El Tercer Cine es una expresión que, en términos muy generales, recoge el cine producido por industrias cinematográficas precarias y con ciertos parámetros de forma y contenido. El tercer Cine recoge, entonces múltiples formas de expresión estética y discursiva. Aquí, lo que me propongo es sólo analizar una de ellas: la Latinoamericana. Fuera de la intertextualidad y abstracción del concepto de nación.

Los términos Tercer Cine y Tercer Mundo están relacionados en cuanto se considere que el cine producido en esas economías, de orden casi precario, es, en términos de producción y en comparación a Hollywood, igualmente precario. De esta situación de precariedad, nace una postura discursiva y estética, relativamente generalizada, en el cine latinoamericano. Me refiero a una generalización para quedar fuera de cualquier término analítico de Cine Nacional. Eso del Cine Nacional es otro asunto; otro post. Retomo. La situación tiene aires de ecuación: la precariedad productiva engendra una postura estética y discursiva, siempre con miras a la crítica, de los realizadores de este continente. El centro de reflexión se sitúa ahora en otra parte: el discurso y la estética Latinoamericana.

Intentar postular lineamientos sobre este sujeto es un posible casi que absurdo. Lo que intento es demostrar, para esta situación particular, una relación general; la de la visión del realizador frente a sus condiciones de producción.

Si alguna vez Truffaut y Godard reflexionaron en sus películas sobre el papel del productor y del realizador, de su relación frente al sujeto que su cine podría analizar, esa reflexión se hizo práctica, de manera paralela, en Latinoamérica. Para producir, tomando como ejemplo Colombia, hay que tener una idea absolutamente maravillosa o tener una idea que venda maravillosamente o sin maravilla alguna buscar ayudas estatales y privadas. La producción no es cosa fácil. Esta dificultad de acceso a los medios tecnológicos de expresión cinematográfica hace que vanguardias que promueven el cine sin medios, sin proyección mayor, emerjan. Hace también que el realizador se convierta en un sujeto crítico actuante de la realidad que lo rodea. En otros términos, el realizador acompañado de una industria precaria se ve obligado a ser un sujeto crítico de su entorno. La posibilidad de una creación fantasiosas; de [CeQu´ilFallaitDemontrer] la invención de un nuevo entorno es un tema lejano para el cine latinoamericano.