sábado, 17 de octubre de 2009

Segunda entrega: La realidad desde la acción. O la vida desde el Cine.


La imagen y el sonido nos dan una idea de lo real. Lo real está compuesto: las imágenes y los sonidos son instrumentos sensoriales frente a la composición concreta de la realidad. Y es que el cine no es una herramienta sensorial de la realidad; es una realidad misma. El cine también tiene acción.

Los analíticos y los cognitivos han hablado sobre la interpretación y la lectura del lenguaje y la acción fílmica. Las acciones son el corazón del guión. Me atrevo a decir que es falso que los guiones se sostengan en los diálogos. En los diálogos se sostienen los libretos. Las acciones son el trabajo del guionista. El director se encarga de narrar, el guionista de hacer una historia. Parece que las acciones no pudieran se interpretables; son comportamientos humanos. Que el psicoanálisis y la psicología se encarguen de eso. El cine, por su parte, estructura las acciones con el objetivo de construir una historia que pueda ser narrada. Partiendo de esto, las acciones en el cine son interpretables, por ser estructuradas.

Las estructuras cinematográficas son pocas y sencillas, pero permiten una infinidad de posibilidades; un universo. Estructurar las acciones permite crear unidades dramáticas de sentido: lenguaje desde la acción.

Bien. La cosa toma forma: el sonido es una herramienta interpretable, la imagen, desde el montaje, un lenguaje; las acciones, por su estructuración, generan unidades de sentido – dramáticas, no lingüísticas-; las acciones se interpretan, no se leen.

La construcción de realidad en el cine tiene tres variables esenciales: la imagen, el sonido y la acción. Estas tres variables, al estar acompañadas de una historia dramática trascienden su faceta sensorial y generan realidad propiamente.

CeQu´ilFallaitDemontrer:
 La acción estructurada permite que los elementos lingüísticos de la imagen y el sonido dejen de ser herramientas sensoriales. El cine hace realidad, no muestra